No es una coincidencia que todos los años el Día del Padre se celebre alrededor del solsticio. A pesar de que se conmemora en diferentes fechas en todo el mundo, muchos países festejan este día el tercer domingo de junio.

Hay sugerencias de que la idea de la celebración del Día del Padre fue originada en un culto pagano al Sol el día del Solsticio de Verano en el hemisferio norte.
Dios, el Padre fue simbolizado como el Sol, su consorte fue simbolizada alternativamente, ya sea como la Luna o la Tierra y el “Señor” fue visto como su descendiente: el Hijo del Sol; un representante viviente de Dios en la Tierra. Como fue la costumbre, la iglesia católica atribuyó la celebración del Sol en el solsticio de verano al Día de San Juan.
En la víspera del Día de San Juan, muchas hogueras se encienden como alabanza al astro rey, porque a partir de ese momento los días se hacen más cortos y el Sol parece debilitarse con el correr de los días.
El solsticio de junio marca la entrada del Sol en Cáncer, el signo del hogar y la familia, es el día más largo del año y el momento en que el Sol está en su máxima elevación en el hemisferio norte, tan alto como nuestros padres están en nuestros corazones.